viernes, 29 de agosto de 2014

GENEROSIDAD

Mamá tiene una amiga que es generosa. Generosa quiere decir que cuando le das algo a alguien no echas cuentas. Mamá, en cambio, no es generosa. A veces da, pero siempre te recuerda que tienes que darle algo a cambio.

- Toma, cariño, veinte euros para que invites a Almudena al cine.
- Pero si yo nunca hablo con ella, es una pija y me cae mal.
- ¿Te doy veinte euros y me respondes así? Entre todos me vais a quitar la vida.

La amiga de mamá siempre le daba a mamá todo lo que necesitaba. Si tenía que ir al médico, la acompañaba. Si ponía a parir a papá, la escuchaba. Y le regalaba cosas hasta cuando no era su cumpleaños. Mamá tragaba toda esa generosidad como una aspiradora gigante.

Un día vi cómo la amiga de mamá se volvió triste.

- Es que es un poco depresiva - me explicó mamá.

Esa tarde subí a la buardilla a ver a la vecina, que tomaba un té con la amiga de Visnú.

- Yo pensaba que las personas generosas nunca estaban tristes. La maestra explicó una vez que las personas más generosas siempre estaban llenas.
- Bueno, Alba, guapa... Eso es así... a no ser que se encuentren con gente muy vacía. Entonces otra persona generosa tiene que restablecer el equilibrio y llenarlas de nuevo.

Así que el otro día, cuando la amiga de mamá vino a cuidarme porque mamá iba a pilates, le regalé un dibujo que hice de una caja llena de caramelos, soles y corazones.

- Mamá está vacía, pero yo no. Así que ya te iré rellenando de vez en cuando - le dije guiñándole un ojo.

Ella me dio un achuchón enorme y es raro pero creo que las dos nos quedamos más llenas.