martes, 18 de diciembre de 2012

PALABRAS

Ayer la maestra nos mandó unos deberes dificilíiisimos. Teníamos que escribir (¡una hoja entera!) qué creemos nosotros que son las palabras. Estaba en la primera parte de los deberes, que es la parte de pensar, cuando entró la mamá de Jorge Abadía a mi cuarto.
- Cari, darling, hala, deja ya de estudiar y acompáñanos a tu mami y a mí a la boutique.
- ¿Luego iremos a tomar un chocolate?- respondí yo con los ojos muy abiertos.
La mamá de Jorge me dio unas palmadas en el culo y se rio:
- Te irá todo al culete, cherie, y con las horas que pasas sentada delante de esos libracos se te va a poner un pandero como una plaza de toros.
La mamá de Jorge es muy rara para lo grande y lo pequeño: los culos tienen que ser pequeños y las tetas, grandes. Al revés no vale. Aunque es más cómodo tener el culo grande que las tetas grandes. Si te sentaras sobre las tetas, pues bien, pero el cojín del culo es muy importante para la comodidad.

Cuando llegamos a la boutique, mamá se enamoró de un vestido del escaparate (mamá se enamoró una vez de papá y a veces dice que se arrepiente y  después se ha enamorado de ocho o nueve vestidos, tres anillos, unas botas y un ipad, que yo recuerde).

Cuando salió del probador iba muy sonriente y dio dos vueltas enteras y dos medias vueltas para enseñarnos el vestido. 

- ¿No somos muy mayores para ese escote en la espalda, darling? - le preguntó la madre de Jorge, como riñéndole.
- Qué dices, mujer, si me queda estupendamente...
Mamá compró el vestido y luego nos fuimos a tomar chocolate. Mamá pidió un botellín de agua y repitió muchas veces que era un vestido precioso.

Dos días después, mamá volvió a la boutique y cambió el vestido por un vale. 

"Las palabras son seres vivos. Yo creo que son plantas. Cuando hablas, plantas una semilla en el cerebro de la persona que te escucha. Al principio, parece que la sueltas y se esfuma en el aire, pero no: echa raíces y se agarra como un gato. A veces es una planta que no tiene el tallo ni las hojas, y entonces nunca sabes si ha echado raíces o no. Pero otras veces se le ve el tallo y las hojas, mirando lo que hace la gente después de que tenga la palabra dentro. Y algunas otras veces, esa planta también tiene frutos, con otras palabras que se vuelven a tu cerebro y echan raíces también. Y aunque cortes el tallo, porque no te gusta la planta que sale, la raíz es muy difícil arrancarla. Y cuando se quedan muchas raíces en el cerebro, ya no hay planta buena que agarre".

domingo, 4 de noviembre de 2012

UNIVERSIDAD

Mamá quiere ir a la Universidad.

- ¿Y a qué viene eso?- le pregunta papá mientras mastica el pastel de espinacas.

- ¿Te parece raro? - le responde mamá con voz de enfadada.

- Me parece poco útil que te pongas a estudiar ahora - le responde papá después de beber un sorbo de vino y mirarla fijamente.

- Nunca tenemos que dejar de aprender. Lo dice la maestra. Y las maestras saben de estudiar  las que más de todo el mundo.

Mamá me mira y dice que sí con la cabeza arrugando la boca como si fuera de papel cebolla y cerrando los ojos un poquito  que cuando hace eso parece que le salen chispitas.

- A ver Alba, estudiar es importante para ti, para que seas alguien el día de mañana. Mamá ya es una mamá, y no necesita estudiar.

- Lo entiendo. Mamá es una mamá y no necesita ser alguien.

Y mientras papá perseguía a mamá hasta la cocina (se habrían dejado un fuego encendido o algo), Bea le echaba lo que le quedaba en el plato a Paula y se iba a su cuarto a hablar por el Tuenti.

Paula y yo nos quedamos esperando el postre. Pero ese día no hubo postre. Se quemaría o algo.









lunes, 6 de agosto de 2012

veintiocho meses

Puedo medir mi estado de ansiedad por cómo me siento cuando veo a alguien dándole vueltas al té. Sin poder evitarlo, mis ojos se dejan caer en el remolino verdoso y todas mis fuerzas se disuelven con cada vuelta. En ese momento, mi interlocutor me mira, pregunta y sólo soy capaz de mover levemente la cabeza de lado a lado como si me espabilara de repente, todo para fingir que no me he ido, que sigo allí y no al fondo de la taza, enfangada en posos verdes.

No fue así en esta ocasión. 

Ni siquiera recuerdo cómo la invité a quedarse, creo que le ofrecí un té y ella dudó y miró el reloj, o quizás no lo llevaba en ese momento y sólo volvió la mirada al bolso de Vuitton, como para ganar tiempo. Contra todo pronóstico aceptó y me preguntó dónde podía sentarse. Desde la cocina miraba su perfil, media cara algo tensa y las piernas cruzadas en un balanceo nervioso.

Me senté justo enfrente de ella y la observé mientras conversábamos. Hablaba mucho, pero no era pesada ni histriónica. Conocía sus puntos fuertes y sabía explotarlos. Tomó enseguida el mando de la conversación y fue cambiando de canal hasta encontrar uno en el que ambas nos sentíamos cómodas. Parecía menos frívola de lo que había imaginado. Pensé que no tenía delante de mí a una persona feliz, pero sí a alguien que, quizás haciendo ocultos equilibrios, parecía tranquila. Una penélope muy lista - me dije entonces - que ha sabido tejer una red de seguridad por si le falla el pie en el trapecio. 

Tardé pocos sorbos en darme cuenta de la magnitud de mi error. Había dejado entrar en casa a mi espejo. Un espejo que me devolvía a mí, triste vampiro, una imagen que jamás podría ser la mía. 

Diría que ella también se entristeció en algún momento y, al menos en un par de ocasiones, reímos juntas.

sábado, 4 de agosto de 2012

RUIDOS

Ruido es lo que suena cuando no lo hace mamá.

Si papá ve el fútbol, mamá grita:´
- Baja ese escándalo.
Si Bea pone el mp3, mamá le dice:
- No sé cómo puedes escuchar ese grupo que sólo sabe hacer ruido.
Si yo coloreo mandalas:
- ¿No puedes pintar más despacio?

Pero, pero, pero... si mamá se seca el pelo o se hace un batido o se pone una canción de David Bisbal, entonces las cosas hacen el ruido que tienen que hacer y no aguantamos nada.
Yo creo que mamá se ha adaptado al medio, como nos contó la maestra en clase, que para sobrevivir, algunos animales podían cambiar de color y quedarse quietecísimos sin moverse ni nada. Mamá es igual. Cuando hace sus ruidos está más sorda que cuando nosotros hacemos los nuestros. Si no, no soportaría hacer nada de lo que hace y se quedaría quieta en una silla y se moriría de hambre, de sed y de aburrimiento. Seguro.

Pero mamá,  lo que menos soporta de todo lo del mundo es el ruido de los vecinos.

El otro día no, el otro tampoco, el otro de antes, subiendo por las escaleras, escuchamos música que salía del ático de la vecina. Mamá torció la nariz y abrió la puerta de casa con más energía que otros días. Se quedó callada un rato largo. Cuando mamá se calla tanto rato, es porque va a gritar algo:

- ¡Y que yo no pueda estar tranquila en mi propia casa!

Y de repente, pegó un portazo, subió las escaleras con las llaves en un mano y cogiéndome con la otra. En un plis-plas llegamos a casa de la vecina. Ahora también se oían voces y risas. Mamá se quedó un poco parada, parece que no se atrevía a llamar, así que yo misma apreté el timbre tres veces para que se oyera bien.

- Holaaaa -le dije a la vecina cuando abrió la puerta y me puse de puntillas para darle un beso- Mamá viene a decirte algo.

Mamá me riñó con los ojos y tiró de mí hasta apretarme a ella. La amiga de la vecina, que llevaba un gorro chulísismo con brillantina rosa, también se acercó a la puerta y me guiñó un ojo, yo le puse una sonrisa, pero no me atreví a soltarme de mamá.

- Están ustedes haciendo demasiado ruido -dijo mami-.Se oye su música desde el portal. Esto es una comunidad de vecinos tranquila donde nos gusta el silencio.

Y mientras la vecina intentaba disculparse y mamá estiraba el cuello como para mirarla desde arriba, la amiga de la vecina se había ido y había vuelto con un libro:

- Tome, querida. Lo encontré en un parque hace un par de años. Ahora no tengo duda de que este libro estaba destinado a encontrarse con usted. Léalo, le hará bien.

Mamá se puso blanca y roja (o al revés, no me acuerdo muy bien) y la vecina las miró a las dos, bajó la  música y pidió a los demás que bajaran la voz. Luego se despidieron como que querían ser simpáticas pero parecía como en una obra de teatro, no sé si me explico. Así que yo también me despedi así, haciendo una reverencia y cogiendo los dos lados del vestido con las manos.Cuando bajamos a casa, mamá no volvió a decir nada. Dejó el libro encima de la mesa y se metió en el baño. Así que yo aproveché y leí el título:
                                        
                                                           El hacedor de silencios.

Yo ya sabía que la amiga de la vecina, que es amiga de Visnú, iba a acertar.Porque elegir un libro para otra persona, como dice la maestra, no es tarea fácil.


Al día siguiente, mamá subió a devolverle el libro, porque te lo agradezco, pero seguramente no tendré mucho tiempo para leer y tu amiga lo necesitará y... pero la vecina la interrumpió y la invitó a tomar un té. Yo bajé a jugar a la Wii con Bea. Mamá tardó una hora en venir y cuando la mamá de Jorge Abadía la llamó para ir de compras, mamá le dijo una mentira y se sentó en el sofá.

Pasó toda la tarde leyendo el libro y ni siquiera se enteró de los saltos y las risas de Bea y mías.

lunes, 30 de abril de 2012

EL CUARTO DE SER FELIZ

La maestra dice que la buena felicidad comienza por uno mismo.

Por eso Jorge Abadía y yo hemos construido un cuarto de ser feliz, que es un cuarto donde solo puedes entrar a ser feliz. Vale que a veces es difícil, pero practicando cada vez te sale mejor. Sólo tienes que poner un poco de tu parte. Cuando entramos en el cuarto de ser feliz, sólo hacemos cosas que nos apetecen y sólo hablamos con gente feliz y aceptamos cosas de gente que es feliz.

 Por eso ese día nos preparamos nosotros la merienda y no dejamos que mamá nos ayude.

En el cuarto de ser feliz sólo decimos cosas buenas. Y nos sentamos donde queremos o nos tumbamos en el suelo. Depende de si nos apetece o no. Yo dibujo palabras y Jorge las pinta de colores. O al revés. A veces Jorge canta canciones y desafina mucho y yo le aplaudo muy fuerte porque no le da vergüenza. Y nos reímos. 

Intentamos ser muy felices para que nos dure hasta la siguiente vez que entremos en el cuarto. Porque se gasta mucha felicidad en cuanto sales y oyes a mamá discutir con Bea o cuando miras a la vecina a los ojos, que son como pozos tristes muy profundos donde cabe toda la felicidad del mundo. A veces, cuando se queda pensativa, los pozos se abren y me parece que me caigo por ellos, pero ella enseguida se da cuenta y los cierra con una sonrisa. Y ya no me da vértigo mirarla.

- Cuanto más tristes os veo a todos, más feliz soy. - dije ayer con voz de decir algo importante.
- ¡Pero Alba! - se enfadó mamá.
                                       
                                      Y yo la miré con la sonrisa más grande que pude hacer. 

Papá dice que son cosas de niños, que son etapas, y mamá dice que le preocupa, que las cosas del cerebro empiezan en la infancia, que lo ha leído en un libro.

Yo les sigo mirando con una gran sonrisa porque parecen tristes y preocupados. 

Repartir felicidad a todo el mundo es agotador. Sobre todo a los que no ponen nada de su parte.






domingo, 15 de abril de 2012

MODAS



A mamá le gustan las cosas que se ponen de moda.
Por ejemplo, ahora se compra los bolsos de color flúor, porque se lleva. Los bolsos flúor son estos:


 El flúor es para los dientes y para los bolsos. Antes estos bolsos se llamaban de plástico y eran de los chinos, decía mamá. Ahora se llaman de flúor y son chic, porque el flúor es bueno, lo dice mamá y los dentistas de la tele.

A mamá también le gusta decir frases que se ponen de moda. Ahora repite una que dice todo el mundo: "Hemos vivido por encima de nuestras posibilidades". También la repite la amiga de la vecina.

- Vivir por encima de nuestras posibilidades es algo que dicen las personas con posibilidades y utilizan el nosotros para hablar de vosotros -me explica la amigahippy mientras yo sorbo la pajita del batido de chocolate.
- ¿Qué son las posibilidades? - le pregunto mientras me chupo el chocolate de los labios.
- Es el poder, Alba. Los hay que toda la vida han podido decidir de todo: buenos colegios, buenos médicos, viajes, libros, arte, objetos exclusivos. Esos no quieren que los demás puedan, porque ceder poder es poder menos. Y ahora quieren cobrarnos la factura de todo lo que pensábamos que podíamos y no podemos, nos prestaron el poder para comprar y ahora nos lo quieren cobrar al precio que ellos quieran, mucho más alto.

Todo esto lo dice moviendo mucho los brazos, con un acento cantarín y mirando de vez en cuando a la vecina, que a veces la mira como medio riñéndola.
- ¡Qué cosas le cuentas a la chiquilla! - le dice muchas veces.

-¿Y por qué tenemos que pagar más? -sigo yo mirando a la vecina y sonriéndola para que no se enfade ni se ponga triste- ¿No hemos pedido el ticket de compra? Mi mamá siempre dice que de todo hay que pedir el ticket, para que no te engañen y por si lo quieres descambiar.

Entonces la vecina habla por primera vez después de dar un sorbo muy largo al té rojo.
-Me temo, Alba, que todo el mundo se ha fiado y ni tenemos ticket, ni lo podemos descambiar.

Dice la maestra que hay una clase de regalos que vienen envenenados: los que nos hacen no por regalar, sino a cambio de algo queyaverémosquées.
 La maestra también dice que el poder hay que repartirlo. Por eso las decisiones, en clase, las tomamos entre todos y las posibilidades son tarjetas de colores con nuestro nombre con las que votamos lo mejor para todos. Y cada uno tiene una. Y no están ni por encima ni por debajo, sino en el cajón, al alcance de la mano.

lunes, 2 de abril de 2012

SERES HUMANOS

La maestra dice que tenemos que comunicar nuestros sentimientos, que somos seres humanos y que sentimos, y que es muy chuli compartir nuestras emociones con los demás seres humanos, porque también tienen emociones, que no se pueden compartir emociones con una televisión, aunque salgan imágenes de seres humanos, y que por eso cuando vemos algo en la tele que nos gusta tenemos que hablarlo con los que están viendo la tele con nosotros o tenemos que conectarnos a Facebook.
Papá es un ser humano de los más humanos de todos. Lleva casi un mes compartiendo sus sentimientos con nosotros:
- ¡Qué ganas tengo de que lleguen las vacaciones para levantarme cuando me dé la gana! - dice cuando se levanta por la mañana.
-¡Qué ganas tengo de que lleguen las vacaciones para pasar más tiempo contigo y llevarte al teatro, y ver todas las películas que nos quedan pendientes, que nosotros somos de mucho cine, y salir a cenar, y a bailar! - le dice a mi madre cuando llega de trabajar y a ella le salen chispitas en los ojos y se pone roja.
-¡Qué ganas tengo de que lleguen las vacaciones para coger la bici y hacerme 20 km.! - dice cuando termina de comer. Mamá cuando dice eso nos mira y se ríe.

Y como quería papá, llegaron las vacaciones. Y papá siguió levantándose a las siete para pintar la casa, que si no lo hacemos en vacaciones, a ver cuándo. Y por las tardes pone la tele y se conecta al Facebook, y cuando le hablamos contesta con ruiditos, que yo creo que no escucha lo que decimos.
- Cariño, ¿me estás escuchando? - dice mamá - ¿o para que me escuches tengo que conectarme al Facebook yo también?
- Síiii, cariño - contesta papá.

- Papá, ¿puedo expresarte mis sentimientos? Dice la maestra que es bueno.
- Síiii, cariño.
-Desde que estás de vacaciones, eres menos ser humano.

Papá eso sí lo oyó,  levantó la vista de la pantalla y me respondió:
- ¡Qué ganas tengo de que empiece el colegio! (y algo que dice siempre de que la maestra tiene muchas vacaciones y es muy lista porque no tiene hijos)

Dice la maestra que hablar sólo con máquinas nos hace menos seres humanos y que no hay nada más bonito que poder cogerse de la mano y abrazarse y dar una palmada en la espalda y hacernos cosquillas y hacer sonrisas de verdad, no con emoticonos.

- ¡Qué cortas son las vacaciones, no me ha dado tiempo a nada! - dice papá esta mañana antes de volver a la oficina para pasar las próximas siete horas mirando a su ordenador, que ni tiene sentimientos ni nada.

domingo, 18 de marzo de 2012

VIDAS EJEMPLARES

Ayer por la tarde estaba haciendo los deberes de Religión en la cocina porque mamá se había puesto a hacer una besamel y a mí me gusta verla dar vueltas y vueltas y vueltas y vueltas con la cuchara. Es como un deporte pero peor porque si te rindes, pierdes y además te salen grumos.
Mamá ya empezaba a sudar cuando llamó la madre de Jorge Abadía.

- Hola... ahora estaba cocinando una besamel... - respondió mamá. La voz de la mamá de Jorge se oía a través del teléfono como los monigotes de los dibujos animados, que no se entiende nada- Está bien, pongo el manos libres.
- Pues mira- continuaba hablando el teléfono con la voz de la mamá de Jorge- acabo de vestirme y salgo de casa en veinte minutos. Me he puesto un Armani negro moniiiiiiísimo de cuerpo ajustado y falda a la rodilla, con unas transparencias muy chic.
- ¿Y crees que las transparencias a estas horas...?
- Relax, darling, que me he puesto una torerita negra de lentejuelas y apenas se intuyen. Bueno... ya sabes tú quién no me va a quitar ojo de encima...
- Ya, no digas más... - respondió mamá mirándome de reojo con cara de preocupada.
- ¿Está Albita por ahí? Albaaaaaa, cariñoooo, kiss, kiss kiss.
Yo le respondí en francés, que la maestra siempre dice que no debemos desperdiciar ninguna oportunidad para hablar idiomas.
- Entonces... - siguió hablando la mamá de Jorge, esta vez a mi mamá -¿qué te parece el modelito que me he comprado para el funeral?
- ¿Fu-funeral...? - tartamudeó mamá, que dejó de mover la cuchara y estuvo a punto de perder el partido contra la besamel.
- Sí, claro, funeral. Últimamente estás out, querida. ¿Dónde quieres que vaya yo a las cinco de la tarde y toda de negro?
- Mmmm, no sé. Quizás lo de las lentejuelas sea un exceso.
- Relax, darling - y poniendo voz bajita de maestra paciente que explica le dice a mamá - son maaaates.
Mamá se quedó un momento en silencio, apretó los labios para no reírse y volvió a darle vueltas a la bechamel.
- Aaaaah, maaaates. Entonces sí, querida, vas estupenda.

"La muerte no es el final y los buenos cristianos ni se entristecen ni la temen,  porque saben que si caminan por la vida con rectitud, el paraíso será su recompensa". No hay nadie que camine más estirada que la mamá de Jorge. Por eso,  para ella, que es una buena cristiana,  un funeral es una fiesta. 

Y esta noche, croquetas.

domingo, 19 de febrero de 2012

COSAS TRANSPARENTES

Estos días, como hace mucho frío, no voy a casa de Jorge a hacer los deberes. Me quedo en la alfombra del salón a los pies de mamá, que gira la cintura hacia la ventana para tener más luz para arreglarse las cejas. Mamá parece un director de orquesta con una batuta pequeña, arrancando cada pelito como la maestra de música nos marca el ritmo. Yo, mientras tanto, la miro y escribo en una hoja amarilla lo guapa que es mamá.

- Mamá, cómprame un boli transparente.
- Alba, bonita - me responde mamá sin volverse y sin dejar de dirigir una orquesta invisible con la pinza - con un boli transparente no verán las palabras que escribas.
- Claro que nooooo, no soy tonta - le respondo arrugando la nariz. - Pero dice la maestra que lo importante no son las palabras, sino lo que hay detrás de las palabras. Además, las palabras transparentes no son transparentes, porque cogen el color del papel que pones debajo.
- A ver cuándo dejas de ser así, Alba, y dices cosas más sensatas, que empiezas a ser mayor.

Pero Alba es Alba y sólo puede tener ideas de Alba , y mamá es mamá y sólo puede tener ideas de mamá, y ese señor que sale en la tele mientras mamá me contesta, de la familia del rey, es deportista y sólo puede hacer cosas de deportista, como correr por la acera. Aunque vaya vestido con un traje de trabajar.


sábado, 11 de febrero de 2012

TRABAJOS SOCIALES

No hacer nada es malo. Es raro, porque cuando eres pequeño (yo ya soy mayor) no te dejan hacer nada. "No toques eso, no te muevas de ahí, no le digas a la abuela que tiene pelos en la cara, y así siempre".

Pero llega un día en el que, hasta cuando estás castigado, no te dejan NO hacer nada.

- Poneos a hacer algo - dijo el director el día que nos castigaron a todos sin recreo - a ver si os pensáis que vais a poder estar en clase, gastando calefacción y sin hacer nada.
- Pues salimos al patio y hacemos algo y además no gastamos calefacción - le respondió Jorge Abadía.( Desde ese día el director cuando mira a Jorge aprieta los labios y cierra los ojos como los malos de las películas).

Mamá es como el director: le molesta la gente que no hace nada. Por ejemplo los que están en la cárcel.
- Deberían estar haciendo carreteras - dice mamá.
- Yo creo que hay gente que trabaja en eso y que si ponen a los de la cárcel a hacer carreteras, habrá gente que no tendrá nada que hacer. Y si les mandas a hacer casas, entonces los que hacen ca...
- Calla y no molestes, que me duele la cabeza de oirte.
Vale, yo me callo, pero eso es al revés de lo que dice ella que hay que hacer.

Como mamá está molesta, subo a ver a la vecina, que está con su amiga: esa chica mayor tan maja que habla muy alto y hace muchos gestos.
- ...Y ahora los que estén en el paro tendrán que hacer trabajos sociales.

Me quedo con la boca abierta y bajo corriendo a ver a Bea.
- ...Y van a hacer los trabajos de sociales. A lo mejor tengo suerte y hacen también los de Conocimiento del Medio.

Bea me mira últimamente con los ojos muy abiertos y a veces me acaricia la cara.



sábado, 14 de enero de 2012

VISNÚ

La amiga de la vecina no es una mujer normal: conoce a los dioses y se va con ellos de conciertos.
Ayer estuve en casa de la vecina de la buhardilla, que me preparó un batido de chocolate asíiiiiiiiiii de grande.

Cuando ya sólo me faltaban dos sorbos, llegó la amiga de la vecina, que es hippy-hamburguesa (eso le dice la vecina y su amiga se ríe con cara de pilla). Yo me puse muy contenta porque me podía tomar otro batido de chocolate.

- Anoche estuve en un concierto.
- ¿Fuiste con Carlos? - preguntó la vecina.
- ¿Quién es Caaaarloos? ¿Tu novio?
- Si, Alba, mi pareja. No, no fui con Carlos, está en uno de esos "simpáticos" simposios médicos. Acudí con visnú.
A la vecina le dio un ataque de risa y casi se atraganta con un sobao.
- ¿Quién es visnúuuuu?
- Visnú es un dios hindú, de la India, creador y destructor del Universo - me respondió la amiga hippy.
- ¿Y has ido con un dios a un concierto?
- Sí, un dios que en realidad parece dos personas, pero dos personas que parece que tengan dos cabezas, las hayan pegado con Loctite y sólo ves sus cuatro brazos moviéndose y sus manos recorriendo su cuerpo doble de arriba a abajo. Y sus lenguas...
- Vale ya, que la chiquilla va a tener pesadillas esta noche - la reprendió la vecina, mirándola un poco seria.

Y a pesar de que luego intentaron convencerme de que no, que no era visnú, que eran unos novios que son sus amigos y están todo el día juntos, a mí me parece que la amiga de la vecina  es amiga de los dioses y si ella no lo llevara de concierto (ya dice la maestra que la música amansa a las fieras), visnú nos destruiría a todos.