domingo, 18 de marzo de 2012

VIDAS EJEMPLARES

Ayer por la tarde estaba haciendo los deberes de Religión en la cocina porque mamá se había puesto a hacer una besamel y a mí me gusta verla dar vueltas y vueltas y vueltas y vueltas con la cuchara. Es como un deporte pero peor porque si te rindes, pierdes y además te salen grumos.
Mamá ya empezaba a sudar cuando llamó la madre de Jorge Abadía.

- Hola... ahora estaba cocinando una besamel... - respondió mamá. La voz de la mamá de Jorge se oía a través del teléfono como los monigotes de los dibujos animados, que no se entiende nada- Está bien, pongo el manos libres.
- Pues mira- continuaba hablando el teléfono con la voz de la mamá de Jorge- acabo de vestirme y salgo de casa en veinte minutos. Me he puesto un Armani negro moniiiiiiísimo de cuerpo ajustado y falda a la rodilla, con unas transparencias muy chic.
- ¿Y crees que las transparencias a estas horas...?
- Relax, darling, que me he puesto una torerita negra de lentejuelas y apenas se intuyen. Bueno... ya sabes tú quién no me va a quitar ojo de encima...
- Ya, no digas más... - respondió mamá mirándome de reojo con cara de preocupada.
- ¿Está Albita por ahí? Albaaaaaa, cariñoooo, kiss, kiss kiss.
Yo le respondí en francés, que la maestra siempre dice que no debemos desperdiciar ninguna oportunidad para hablar idiomas.
- Entonces... - siguió hablando la mamá de Jorge, esta vez a mi mamá -¿qué te parece el modelito que me he comprado para el funeral?
- ¿Fu-funeral...? - tartamudeó mamá, que dejó de mover la cuchara y estuvo a punto de perder el partido contra la besamel.
- Sí, claro, funeral. Últimamente estás out, querida. ¿Dónde quieres que vaya yo a las cinco de la tarde y toda de negro?
- Mmmm, no sé. Quizás lo de las lentejuelas sea un exceso.
- Relax, darling - y poniendo voz bajita de maestra paciente que explica le dice a mamá - son maaaates.
Mamá se quedó un momento en silencio, apretó los labios para no reírse y volvió a darle vueltas a la bechamel.
- Aaaaah, maaaates. Entonces sí, querida, vas estupenda.

"La muerte no es el final y los buenos cristianos ni se entristecen ni la temen,  porque saben que si caminan por la vida con rectitud, el paraíso será su recompensa". No hay nadie que camine más estirada que la mamá de Jorge. Por eso,  para ella, que es una buena cristiana,  un funeral es una fiesta. 

Y esta noche, croquetas.

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