lunes, 30 de abril de 2012

EL CUARTO DE SER FELIZ

La maestra dice que la buena felicidad comienza por uno mismo.

Por eso Jorge Abadía y yo hemos construido un cuarto de ser feliz, que es un cuarto donde solo puedes entrar a ser feliz. Vale que a veces es difícil, pero practicando cada vez te sale mejor. Sólo tienes que poner un poco de tu parte. Cuando entramos en el cuarto de ser feliz, sólo hacemos cosas que nos apetecen y sólo hablamos con gente feliz y aceptamos cosas de gente que es feliz.

 Por eso ese día nos preparamos nosotros la merienda y no dejamos que mamá nos ayude.

En el cuarto de ser feliz sólo decimos cosas buenas. Y nos sentamos donde queremos o nos tumbamos en el suelo. Depende de si nos apetece o no. Yo dibujo palabras y Jorge las pinta de colores. O al revés. A veces Jorge canta canciones y desafina mucho y yo le aplaudo muy fuerte porque no le da vergüenza. Y nos reímos. 

Intentamos ser muy felices para que nos dure hasta la siguiente vez que entremos en el cuarto. Porque se gasta mucha felicidad en cuanto sales y oyes a mamá discutir con Bea o cuando miras a la vecina a los ojos, que son como pozos tristes muy profundos donde cabe toda la felicidad del mundo. A veces, cuando se queda pensativa, los pozos se abren y me parece que me caigo por ellos, pero ella enseguida se da cuenta y los cierra con una sonrisa. Y ya no me da vértigo mirarla.

- Cuanto más tristes os veo a todos, más feliz soy. - dije ayer con voz de decir algo importante.
- ¡Pero Alba! - se enfadó mamá.
                                       
                                      Y yo la miré con la sonrisa más grande que pude hacer. 

Papá dice que son cosas de niños, que son etapas, y mamá dice que le preocupa, que las cosas del cerebro empiezan en la infancia, que lo ha leído en un libro.

Yo les sigo mirando con una gran sonrisa porque parecen tristes y preocupados. 

Repartir felicidad a todo el mundo es agotador. Sobre todo a los que no ponen nada de su parte.






domingo, 15 de abril de 2012

MODAS



A mamá le gustan las cosas que se ponen de moda.
Por ejemplo, ahora se compra los bolsos de color flúor, porque se lleva. Los bolsos flúor son estos:


 El flúor es para los dientes y para los bolsos. Antes estos bolsos se llamaban de plástico y eran de los chinos, decía mamá. Ahora se llaman de flúor y son chic, porque el flúor es bueno, lo dice mamá y los dentistas de la tele.

A mamá también le gusta decir frases que se ponen de moda. Ahora repite una que dice todo el mundo: "Hemos vivido por encima de nuestras posibilidades". También la repite la amiga de la vecina.

- Vivir por encima de nuestras posibilidades es algo que dicen las personas con posibilidades y utilizan el nosotros para hablar de vosotros -me explica la amigahippy mientras yo sorbo la pajita del batido de chocolate.
- ¿Qué son las posibilidades? - le pregunto mientras me chupo el chocolate de los labios.
- Es el poder, Alba. Los hay que toda la vida han podido decidir de todo: buenos colegios, buenos médicos, viajes, libros, arte, objetos exclusivos. Esos no quieren que los demás puedan, porque ceder poder es poder menos. Y ahora quieren cobrarnos la factura de todo lo que pensábamos que podíamos y no podemos, nos prestaron el poder para comprar y ahora nos lo quieren cobrar al precio que ellos quieran, mucho más alto.

Todo esto lo dice moviendo mucho los brazos, con un acento cantarín y mirando de vez en cuando a la vecina, que a veces la mira como medio riñéndola.
- ¡Qué cosas le cuentas a la chiquilla! - le dice muchas veces.

-¿Y por qué tenemos que pagar más? -sigo yo mirando a la vecina y sonriéndola para que no se enfade ni se ponga triste- ¿No hemos pedido el ticket de compra? Mi mamá siempre dice que de todo hay que pedir el ticket, para que no te engañen y por si lo quieres descambiar.

Entonces la vecina habla por primera vez después de dar un sorbo muy largo al té rojo.
-Me temo, Alba, que todo el mundo se ha fiado y ni tenemos ticket, ni lo podemos descambiar.

Dice la maestra que hay una clase de regalos que vienen envenenados: los que nos hacen no por regalar, sino a cambio de algo queyaverémosquées.
 La maestra también dice que el poder hay que repartirlo. Por eso las decisiones, en clase, las tomamos entre todos y las posibilidades son tarjetas de colores con nuestro nombre con las que votamos lo mejor para todos. Y cada uno tiene una. Y no están ni por encima ni por debajo, sino en el cajón, al alcance de la mano.

lunes, 2 de abril de 2012

SERES HUMANOS

La maestra dice que tenemos que comunicar nuestros sentimientos, que somos seres humanos y que sentimos, y que es muy chuli compartir nuestras emociones con los demás seres humanos, porque también tienen emociones, que no se pueden compartir emociones con una televisión, aunque salgan imágenes de seres humanos, y que por eso cuando vemos algo en la tele que nos gusta tenemos que hablarlo con los que están viendo la tele con nosotros o tenemos que conectarnos a Facebook.
Papá es un ser humano de los más humanos de todos. Lleva casi un mes compartiendo sus sentimientos con nosotros:
- ¡Qué ganas tengo de que lleguen las vacaciones para levantarme cuando me dé la gana! - dice cuando se levanta por la mañana.
-¡Qué ganas tengo de que lleguen las vacaciones para pasar más tiempo contigo y llevarte al teatro, y ver todas las películas que nos quedan pendientes, que nosotros somos de mucho cine, y salir a cenar, y a bailar! - le dice a mi madre cuando llega de trabajar y a ella le salen chispitas en los ojos y se pone roja.
-¡Qué ganas tengo de que lleguen las vacaciones para coger la bici y hacerme 20 km.! - dice cuando termina de comer. Mamá cuando dice eso nos mira y se ríe.

Y como quería papá, llegaron las vacaciones. Y papá siguió levantándose a las siete para pintar la casa, que si no lo hacemos en vacaciones, a ver cuándo. Y por las tardes pone la tele y se conecta al Facebook, y cuando le hablamos contesta con ruiditos, que yo creo que no escucha lo que decimos.
- Cariño, ¿me estás escuchando? - dice mamá - ¿o para que me escuches tengo que conectarme al Facebook yo también?
- Síiii, cariño - contesta papá.

- Papá, ¿puedo expresarte mis sentimientos? Dice la maestra que es bueno.
- Síiii, cariño.
-Desde que estás de vacaciones, eres menos ser humano.

Papá eso sí lo oyó,  levantó la vista de la pantalla y me respondió:
- ¡Qué ganas tengo de que empiece el colegio! (y algo que dice siempre de que la maestra tiene muchas vacaciones y es muy lista porque no tiene hijos)

Dice la maestra que hablar sólo con máquinas nos hace menos seres humanos y que no hay nada más bonito que poder cogerse de la mano y abrazarse y dar una palmada en la espalda y hacernos cosquillas y hacer sonrisas de verdad, no con emoticonos.

- ¡Qué cortas son las vacaciones, no me ha dado tiempo a nada! - dice papá esta mañana antes de volver a la oficina para pasar las próximas siete horas mirando a su ordenador, que ni tiene sentimientos ni nada.