Tengo seis años, una hermana sonámbula y una madre que nos protege del mundo. Pero yo sé que hay baños en los trenes y que Zaragoza no está tan lejos de Francia.
domingo, 9 de octubre de 2011
quince meses
Los que me rodean parecen luces en movimiento. A veces me siento espectadora de una película cuya acción transcurre ajena a mí. Incluso temo que si me acerco seré un obstáculo entre el proyector y la pantalla. Tengo miedo de abrir un agujero negro en la historia y que alguien me grite: ¡Aparta! Al contrario que los buenos espectadores, no dejo de pensar en lo ficticio que es todo lo que me rodea. Sólo hay un personaje que ha roto la cuarta pared y me escruta como si fuera de otra especie.
- No te hagas ilusiones, Alba, quizás al final, no te parezca tan interesante. Ya me conocerás...
Alba entorna los ojos hasta casi cerrarlos y frunce los labios. Luego se sienta en el suelo cruzando las piernas y se coloca bien la falda por encima de las rodillas. Vuelve a levantar la cabeza y mirándome fijamente dice:
- Ya te conozco y, al final, me gustas.
(...)
¿Puedo tomar otro batido de chocolate?
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Con Alba todo es más sencillo. Una mirada limpia y batidos de chocolate, no se necesita más para ser feliz.
ResponderEliminar¿Me invitarás a tu casa, María? ¿Tienes batidos de chocolate? Muac!
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