sábado, 13 de abril de 2013

FALTAS

Hoy he subido a ver a la vecina porque la echaba en falta.

Echar en falta es algo que hace la gente que te quiere. Por ejemplo, la maestra, que cuando no estamos nos echa en falta y luego las apunta y las manda a casa, las faltas. La maestra nos quiere mucho porque es lo primero que hace, cada día, todos, todos, todos los días, sin olvidarse de ninguno. Y luego les manda una carta a los padres para que lo sepan. ¡Es muy emocionante!

Mamá no echa en falta, echa de menos, que no es lo mismo. Si la mamá de Jorge pasa días y días y días sin llamarla, pues ella la llama también menos, porque mamá no es menos que nadie, como dice siempre.

Cuando echas de menos se quiere igual que cuando echas en falta, pero se sufre más porque las faltas son más largas y se hace todo lo posible por que nadie se entere. Ni cartas a los padres ni nada.

Yo tengo un cuaderno donde apunto los días que echo en falta a la vecina. Y subrayo con fosforito los días que no me abre la puerta porque está triste. Luego arranco la hoja, subo corriendo las escaleras y la meto por debajo de la puerta.

Ayer la vecina me escribió una nota con dos margaritas para invitarme a tomar un té de batido de chocolate  porque dice que no está bien tener tantas faltas con los amigos. Así que hoy he subido a casa de la vecina con una hoja de faltas nueva, rosa y con todos los cuadraditos en blanco.

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