martes, 8 de julio de 2014

TROZOS DE VACACIONES

No escribo mucho porque tengo vacaciones y mamá dice que no puedo estar todo el día con el ordenador, que si es para el cole, sí; pero si es para jugar, no, porque es malo para mi cerebro. Se ve que tenemos un cerebro muy listo que sabe cuándo es jugar y cuándo no y se estropea más rápidamente cuando juega. Por eso los mayores no juegan nunca más hasta que se jubilan, que entonces les queda poco para morirse y que el cerebro se estropee ya no es tan importante. Por eso a todos los jubilados les gustan las cartas, la petanca y el bingo y aunque juegan no los llaman ludópatas. (Ludópatas son los mayores que juegan todo el rato, como los niños, pero que de mayor es una enfermedad, porque los mayores no saben jugar si no es con dinero. Es raro, pero es así.) 

Mamá está disgustada con la maestra, que dice que es hippy porque nos ha dicho que no hagamos deberes y que leamos lo que queramos, lo que nos guste. Mamá dice que las maestras hippies deberían dar clase en los colegios públicos, no en los concertados, donde se exige un nivel. Yo ya le he explicado a mamá que las clases son iguales, que los libros son iguales y que los niveles son 1º de Primaria, 2º de Primaria, 3º de Primaria... igual, vamos, pero mamá dice que yo no entiendo nada porque soy pequeña, que es lo que dice mamá cuando no quiere aprender, que es muchas veces porque hace tanto que no tiene maestra que ha perdido la costumbre.

Mamá quiere que me aprenda los pronombres a tonos para que adelante materia para el año que viene. Eso de los pronombres a tonos no lo entiendo, porque yo los veo igual, en letra negra y alguna vez roja. Sólo veo colorines cuando miro todo el rato sin pestañear, pero me duele la cabeza y tengo que parar porque me mareo. Yo creo que el libro está mal y debería devolverlo para que se lo cambien por otro con pronombres a tonos de verdad.

Papá me ha prometido que cuando me aprenda los pronombres a tonos (para que tu madre nos deje en paz) me va a comprar un libro que me guste. Y resulta que mamá, que es contradictoria (que es una palabra que repite mucho mi padre), porque puede decir una cosa y lo contrario y a callar todos, primero quiere que me aprenda los pronombres a tonos y luego no quiere que me compre un libro con dibujos y colores, que dice que son de pequeños y con eso no maduro. Pero papá me ha guiñado un ojo y me ha prometido que me va a llevar a la librería para que escoja el que yo quiera, pero que por favor no haga rabiar a mamá y que me aprenda de una vez los p... (eso no puedo escribirlo que me reñirán) pronombres a tonos antes de que toda la familia acabe en el psiquiátrico.

- Papá, ¿los psiquiátricos los pintan de colores?
- De colores pastel, que son relajantes, Alba.

Mamá se va a poner contenta porque ya me sé los pronombres a tonos.
Me: primera persona del singular, en rosa palo.
Te: segunda persona del singular, en azul celeste.

Yo también he escogido colores relajantes y espero acertar con los tonos, porque desde luego, el libro que me ha dejado mamá para estudiar no me ha dado ninguna pista.
 


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