miércoles, 4 de febrero de 2015

Identidad

Una vez leí que los demás son espejos y que nuestra identidad se construye con la imagen que esos espejos nos devuelven. Sería de una candidez casi molesta creer que esas imágenes no están cimentadas en emociones impredecibles fundidas en un magma pastoso y caliente. 
Ayer uno de esos espejos saltó en pedazos y me limité a observar cómo iban cayendo al suelo pequeños trozos de mi propia imagen envueltos en una sustancia viscosa e incandescente. 

Ayer, por un momento, dejé de saber quién era y rompí mi propio espejo para que nadie se mirara en él. Más tarde vino a verme Alba, el espejo más limpio que conozco, me recordó quién era y volvió a salvarme la vida.

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